En este momento estás viendo Cuando el sueño te quita el sueño (nuestro destete nocturno)

Cuando el sueño te quita el sueño (nuestro destete nocturno)


Llamándose este blog PoetisaInsomne, está claro que dormir no es mi fuerte.

Escribo esta entrada a sabiendas de que habrá gente que no esté de acuerdo. Pido respeto, el mismo respeto que yo intenté seguir para buscar soluciones para el destete y el no dormir.

Y la escribo porque a mí me hubiera gustado leerla, y porque mi experiencia ha servido un poquito a otras personas que me han pedido auxilio o al menos un poquito de apoyo. En este breve camino de maternidad me he encontrado ya varias personas que sin yo ser nadie, sólo otra mamá, me preguntaban sobre el tema, porque al igual que me pasó a mí, no podían más, querían dejar de dar el pecho, sobre todo por las noches. En mi caso me informe mucho sobre como dejar la lactancia nocturna, y la verdad que apenas encontré información, salvo alguna honrosa excepción y es este post del maravilloso blog de tigriteando.

Como el señor J ya tenía más de seis meses, muchos consejeros improvisados (el panadero, el frutero… ya sabéis…) te decían que le dejaras solo, que le dejaras llorar y aprendería a dormir sin la teta. No me extenderé sobre las bases teóricas que defienden métodos como el ya menos utilizado aunque aún muy famoso Estivill. Método con el cual no comulgo.
Cada vez me alejo más de las corrientes conductistas en la crianza (aunque nuestra educación e historia personal y todo lo que malaprendí en la carrera de psicología hacen mella en mí) porque igual no son tan inocuas como pensamos. De todas formas, si lo pusiste en práctica o te lo planteas no te juzgo, entiendo tu desesperación. Sólo te digo que te informes bien y decide.

Os dejo un par de enlaces pero hay muchísima información en la red, por cierto, del primer artículo odio el título por la culpabilidad que genera, pero el artículo está bien en sí:

http://www.bebesymas.com/desarrollo/dejaste-llorar-a-tu-bebe-por-la-noche-siguiendo-el-metodo-estivill-pues-lo-hiciste-mal

http://www.crianzanatural.com/art/art67.html

En el otro lado están defensores de que los niños no necesitan ningún tipo de aprendizaje para dormir, por ejemplo Rosa Jové y Carlos González lo explican en sus libros. El dormir como los adultos es un proceso madurativo que se adquiere poco a poco ( he leido artículos que incluso dicen que hasta los 4 años). No hace falta hacer nada. Y el hecho de que se despierten es mera cuestión de supervivencia, y que con la lactancia materna… pues por razones también biológicas es normal que se despierten más (aunque me ca… en la le…). Hasta ahí todos de acuerdo, al menos teóricamente. Colecho y lactancia materna son fantásticos y los mejores aliados según esta postura para ayudarles a dormir mejor.

Os recomiendo también la página www.dormirsinllorar.com , ahí os hablan del sueño infantil normal y hay un foro en el que igual  os echan una manita.

Y aunque en la teoría estoy de acuerdo, la realidad me desbordó a los pocos meses.

Cuento mis inicios, porque mi camino es inverso al de muchas mamás. Yo durante mi embarazo me convertí en una colechadora teórica convencida, con lo que leí me pareció maravilloso eso de dormir  al ladito de mi hijo , acurrucaditos, con todos sus maravillosos beneficios para el vínculo, la transición desde el vientre materno, el establecimiento exitoso de la lactancia materna etc, etc.

Y luego llegó la realidad, la verdad que los primeros meses el colecho fue más una obligación que una decisión, por el número de despertares, y porque al menos con mi peque tocaba cambio de pañal prácticamente tras cada toma y en la cama era más cómodo, y claro, aunque he de reconocer que alguna vez le dejé el pañal sucio porque los dos caíamos redondos, la mayoria de las veces me desvelaba, y se me juntaba un despertar con otro.

Y así era noche tras noche: dos, tres, cuatro … incontables despertares. A veces descansaba cuatro horitas seguidas, con suerte, otras menos.

Pero llegó un momento, llegó un momento en el que volví a trabajar antes de los previsto. No tenía pensado currar con un enano de cinco meses, pero surgió y me lancé a la piscina de ser supermama como muchas. Y llegó un momento en el que coger el coche tras noche tras noche sin dormir, era desesperante (y peligroso) y la asociación teta-dormir cada vez se me hacía más cuesta arriba. Y a veces eran cuatro chupadas y a dormir, pero otras era una hora u hora y pico enganchado.

Y cada vez se movía más,  y acababa rodando a nuestros pies, dándonos patadas y cabezazos a diestro y siniestro. Ahora mismo hace piruetas para dormirse (los sacos de dormir de momento, han sido el mejor descubrimiento del siglo para que esté tapado).

Y una tos, una pisada nuestra más fuerte que otra, un movimiento en la cama le despertaba. Y yo le notaba muy nervioso, sobre todo por las mañanas, hasta que se dormía un rato.

Y luego estaba su santo padre, a veces durmiendo en otro lado para descansar él y dejarnos espacio, a veces dándome su hombro para llorar. Y diciéndome algo en lo que llevaba razón “Por intentar hacerlo perfecto me iba a volver loca”.

Probamos primero cosas intermedias como que papá durmiera entre medias de nosotros, que papá durmiera con él y yo levantarme. Pero nada de esto mejoraba el sueño de nadie.

Y decidí quitarle el pecho de noche, y decidí llevarle a otra habitación, separado de nosotros cuando el señor J. tenía diez meses.

¿Y cómo lo hicimos? Es probablemente una de las decisiones más durillas que tomé, porque sabía que él no lo iba a pasar bien, él no lo había decidido. Se lo expliqué, todo lo que se le puede explicar a un bebé de 10 meses. Y nos pusimos a ello.

Sin mi marido hubiera sido incapaz, o lo hubiera tenido que hacer de otra manera. Básicamente le dormí al pecho y le echamos a su cuna, esto llevábamos haciéndolo un tiempo, hasta ahí no problem. Pero a partir de ahora, cuando se despertara tenía que ir su padre, siempre. Yo no podía ir porque era imposible que quitara la asociación de volverse a dormir con el pecho, ya lo habíamos intentado.

Su papá, tenía todo un arsenal de biberones y vasitos de aprendizaje por si tenía hambre, pero excepto los primeros días que tomo como medio biberon luego no quería. Asi que bracitos, mimos y nanas hasta que se dormía de nuevo. Si que el peque tiene que estar acostumbrado a dormirse alguna vez con la persona que lo haga, sino será imposible, o tendréis que practicarlo por ejemplo a la hora de las siestas con la persona que lo vaya a hacer.

Teníamos un plus de dificultad, el señor J no quería chupete ni en pintura, tampoco tenía ningún objeto de apego especial (aunque en poco tiempo una almohadita fina se ha convertido en un objeto inseparable para él, es una almohada barata del ikea de la que tengo mil fundas de recambio jeje), estas dos cosas os pueden ayudar en el proceso.

Sobre las 5 o 6 de la mañana ya se despertaba de nuevo y ya sí que me lo quedaba en la cama dándole el pecho un ratito y durmiendo antes de levantarme para ir al trabajo. ¿Desgraciadamente me acerqué más a Estivill de lo que hubiera querido? No lo sé, él estaba con papá arrullado y durmiendo con él a ratos. Pero el señor J lloraba, mucho, no puedo decir lo contrario, la primera noche puede que más de una hora hasta que se durmió. Lo cual puede ser la peor tortura a la que os hayáis sometido, os lo aseguro.

¿Y qué fue pasando? Algo que yo no esperaba, yo le quité el pecho para compartir los despertares con mi marido y darle biberón era una opción para la noche. Y resultó que cada vez tomó menos biberón por la noche y en unas dos semanas pasó de varios despertares a uno, y muchas noches ninguno. Y el peque estaba mucho mejor por las mañanas. En fin, un resultado no esperado por mi parte, aunque fantástico. No digo que a ti te funcione así, pero este fue nuestro caso.

Y te digo, puede que a ti y a tu hijo el colecho y la lactancia materna os funcione, si es así, adelante, nada que objetar. De hecho me parece maravilloso, ojalá hubiera sido mi caso.

Pero si no puedes o no quieres más no te sientas juzgada y déjalo. He observado, y es simplemente mi opinión, que hemos pasado de una generación en la que dar el pecho tres o cuatro meses era lo habitual (y lo que sigue quedando en nuestra educación, yo al menos pensaba eso antes de quedarme embarazada, y afortunadamente estas ideas irán cambiando) a que muchas veces parezca esto una competición de la que más tiempo ha dado el pecho. Y sé que hay gente que lo hace plenamente convencida y de nuevo “chapeu”. Pero también conozco varios casos que lo hacen por una obligación y una culpabilidad que no compensa, porque sé que les gustaría dejar de dar el pecho pero no se atreven.

Igual os parece exagerado, no sé como lo véis, esto de la lactancia materna ha adquirido una magnitud en redes sociales que a mí a veces me asusta.

Para mí el sueño fue el detonante del destete que terminó del todo cuando el señor J tenia unos 13 meses, como véis fue superprogresivo, porque las tomas diurnas se las fui quitando muy lentamente, asi que lo traumático fue la noche.

¿Volvería a hacer lo mismo? Sin duda.

Espero que si alguna está en una situación similar le sirva.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Eva

    Irene te leo y me veo en la misma situación… Hace semanas que toco fondo y no sé por donde empezar, tus palabras me han ayudado a no tener tanto miedo, será un proceso doloroso para ambos pero con amor y paciencia todo se cura.
    Ya te iré contando mis andanzas, un abrazo y gracias por contar tu testimonio.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.