Tantos giros ha dado mi forma de pensar, que a veces no sé ni en que punto me encuentro.
Tengo claro por lo que he leído en libros y artículos de pediatras, psicólogos, mamás y demás «expertos» y por la experiencia que estoy teniendo que no quiero educar al señor J. a base de castigos. Tampoco de autoritarismo, y según me sigo informando, veo que las recompensas al menos en el modo en el que se usan en el conductismo clásico y también el ¡muy bien! constante no son muy positivas.
Tengo claro que hay que seguir al niño, tener quintales de paciencia, y la tengo, tengo más paciencia con el señor J que con nadie en mi vida, y no es forzado, me sale natural. El problema es que creo que esa paciencia ha sido ganada a base de quitarme paciencia con los adultos.
Tengo claro que educar así no significa no poner límites o ponerte seria y firme muchas veces. Que eso es lo que se piensan muchos, por mucho que lo explique. Que explicar como educar así y que la gente lo entienda y me apoye es más difícil que explicarme a mí la teoría de cuerdas.
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