Voy a cepillarme los dientes
para ver tu cepillo
y creer que aún no te has marchado.
Y tiraré del hilo, dental,
para ver si sangro
y me creo que es un mordisco
tuyo en el labio.
Voy a ducharme y a dejar
que corra el agua
como si fueran dedos
y creer que me recorres y me limpias
después de un gran polvo.
Voy a dejar que me entre jabón en los ojos
y así creer que están rojos
y que lloro por el jabón.
Voy a vestirme con tacones
y sin ropa interior,
como tú querrías,
y saldré a trotar a la calle
y a dejar que las rejillas del metro
hagan lo que tú ya no haces.
Voy a beber y me iré
con cualquier desconocido
que quiera seguirme.
Voy a gritar,
le cederé mi cuerpo
a esta noche y a ese cuerpo.
Voy a regresar en taxi,
y a la vuelta,
cuando esperes en la puerta.
Sé que lo harás.
Entonces, sólo entonces,
te diré adiós.