Escribo historias casi desde que aprendí a escribir. Grandes best sellers no editados como «la niña que se rompió una pierna» con 7 años, jeje. Con la poesía empecé más tarde, como con 14 años, en un momento bastante durillo de mi vida. Y siempre ha sido mi compañera, con más o menos calidad, pero siempre como una fantástica forma de desahogo, expresión y creatividad.
En esta categoria pretendo mostrar textos que tienen bastante tiempo, y que fueron importantes por diferentes motivos. Y ¿Quién sabe?, puede que algún dia os deleite con «la niña que se rompió una pierna».
Comenzamos con un poema escrito con 17 años, nuevas experiencias, muchas ganas de vivir, y de bailar…
Susurra suave el sonido de un sueño
silueta silenciosa del sinsentido,
siento su sencillo silbar.
Lo pide, lo desea.
Claro, ¿por qué no?
bailemos juntos esta vez.
Hace ya tanto tiempo,
no sé si voy a acordarme.
Comienzo de la colisión de la química,
sarcasmo del corazón entrecortado,
siempre continúa caminando inquieto
y culmina comprimiendo mi calma.
Aunque… ¡calla! no quiero que paremos.
Ambición ambigua de un solo cuerpo y mil almas.
¿No me encuentras?
Sí, estoy muy lejos.
Pronto termina la música,
lo sé, separémonos,
conozco el constante significado de la nada
y la complicada simpleza del silencio
tras un instante de eternidad.
Vete,
yo me detengo,
¿no lo escuchas?
dentro de este silencio se oye una nueva canción.